Comenzamos con el mes y primer día de la semana fuerte, ¡Ganamos un recurso contra una orden de expulsión!
Y no fue un caso común: la persona tenía antecedentes por delitos bastante graves. Nadie, ni nosotros mismos, apostaba un euro a que saldría adelante.
Pero aquí está la clave: la orden de expulsión no cumplía con los criterios de proporcionalidad, necesidad y adecuación. La Administración la lanzó como un “pack estándar” sin analizar el arraigo, la integración, el tiempo en España ni las circunstancias personales. Y en sala, el juez nos dio la razón al 100%.
Como resultado: la expulsión fue anulada y la persona se queda en España con todos sus derechos.
Esto ha servido como una lección de que el Derecho sirve para proteger, no solo para castigar. Cuando se argumenta con rigor, se revisan los hechos y se pone el foco en la persona «no en la etiqueta», hasta lo imposible se hace real.
En el despacho estamos de celebración, pero sobre todo orgullosos de defender lo que creemos. Por muy complicada que parezca tu situación, nunca tires la toalla. Hay vías, hay argumentos y hay esperanza.
